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Historia de las radiografías

Conozca cómo ha evolucionado la terapia de rayos X y cómo los tratamientos superficiales y de ortovoltaje son un componente integral de los programas de radiación modernos.

Aplicación temprana de rayos X terapéuticos

La década de 1890 representó un período importante en el desarrollo de la radioterapia y la aplicación de su uso para tratar el cáncer. Estos importantes descubrimientos permitieron comprender no solo las propiedades diagnósticas de los rayos X, sino también sus aplicaciones terapéuticas.

En 1895, Röntgen descubrió por primera vez los rayos X mientras trabajaba en su laboratorio, experimentando con un tubo de Crookes; un bulbo de vidrio con electrodos positivos y negativos, evacuado de aire, que mostraba un brillo fluorescente cuando pasaba una corriente de alto voltaje. Al proteger el tubo con cartón negro pesado, descubrió que se podía ver una luz fluorescente verdosa desde una pantalla de platinobio a nueve pies de distancia. Concluyó que un nuevo tipo de rayo emitido por el tubo atravesaba la mayoría de las sustancias, incluidos los tejidos blandos del cuerpo, pero dejaba visibles los huesos y la mayoría de los metales.

En 1896, Becquerel notó por primera vez el concepto de radiactividad mientras investigaba la fosforescencia en las sales de uranio.

En 1898, Marie y Pierre Curie observaron las propiedades radiactivas del radio.

Radiación y tratamiento contra el cáncer

La primera "cura" del cáncer informada se documentó en la literatura en 1899 cuando un epitelioma de células basales (ahora denominado carcinoma de células basales o BCC) se trató mediante la aplicación de radiación a la piel a través de una fuente de radio. Esto instigó la evolución de la radioterapia como modalidad de tratamiento para el cáncer.

En los primeros días, el tratamiento se administraba con poca comprensión o conocimiento de la naturaleza física y los efectos biológicos de la radiación; no había métodos para calcular la dosis y el equipo era engorroso y poco manejable. Además, como el equipo solo podía administrar rayos X terapéuticos de baja energía, solo se podían tratar los tumores que surgen en las capas de tejido superficiales, generalmente en una sola sesión y en una gran área del cuerpo, con la esperanza de que el tumor fuera destruido. Como consecuencia, se informaron muchas complicaciones derivadas del tratamiento; La literatura de este período documenta numerosos ejemplos de efectos que resultan en la destrucción del tejido normal, como necrosis, infección e incluso la muerte. Como era de esperar, la tasa de recurrencia después de estos primeros tratamientos fue alta.

Evolución del tratamiento del cáncer

A fines de la década de 1920, esta modalidad de tratamiento había evolucionado algo, lo que permitió una mejor comprensión de la naturaleza de la radiación y sus efectos biológicos, lo que, a su vez, llevó a la introducción de esquemas de tratamiento fraccionados y al concepto del uso de unidades de dosificación, aunque incluso durante esta etapa, la dosis de radiación se controló a menudo de acuerdo con la reacción cutánea del paciente. A medida que se realizó la correlación entre la dosis y los efectos biológicos, se desarrollaron y perfeccionaron los programas de tratamiento, sin embargo, el tratamiento todavía se usaba solo para tratar lesiones cutáneas malignas y benignas y solo con fines paliativos.

Tratamiento de los tumores cutáneos superficiales

Los avances en el tipo y la naturaleza del equipo proporcionaron avances tecnológicos significativos. La introducción del tubo de rayos X de vacío permitió la producción de energías de rayos X de hasta 200 kV, lo que supuso un gran avance en la aplicación de radiación con fines terapéuticos. Por primera vez en su historia, la radioterapia tuvo la capacidad de curar tumores cutáneos superficiales, sin las complicaciones asociadas observadas previamente.

Tecnologías complementarias

En la década de los 1940, el desarrollo de los equipos de teleterapia y el consiguiente acelerador lineal permitieron la producción de rayos X terapéuticos de mucha más energía, lo que permitió tratar tumores profundos y con la reducción de reacciones cutáneas graves, ya que la dosis máxima ahora se da por debajo. la superficie de la piel.

Sin embargo, el uso de rayos X terapéuticos de baja energía siguió siendo el tratamiento de elección cuando se trataban lesiones a poca profundidad, debido a la física de los rayos X de baja energía y al costo relativamente bajo, la simplicidad y los bajos requisitos de mantenimiento del equipo.

Terapia de modernización

Después de un período de desarrollo a lo largo de la década de 1990, las máquinas superficiales y de ortovoltaje han experimentado varios avances, incluida la adición de dosimetría integrada, un sistema de registro y verificación y la capacidad de conectar las máquinas en red con otros sistemas de información de pacientes departamentales y registros médicos electrónicos. Tales avances han asegurado que los equipos de rayos X de kilovoltaje mantengan un papel integral en el departamento de radioterapia moderno para el tratamiento de afecciones tanto malignas como benignas.

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